
La cobardía es asunto de los hombres, no de los amantes.
Los amores cobardes no llegan a amores, ni a historias
Se quedan allí, ni el recuerdo los puede salvar.
Se quedan allí, ni el recuerdo los puede salvar.
Escribo una nota y apago el reloj.
Qué me tenga cuidado el amor, que le puedo cantar su canción.
Y yo, me puse a llorar.
Pero entonces lloraba por mí,
y ahora lloro porque te recuerdo.
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